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No hay tiendas.

A toque de claxon

Todas las semanas pasan por el pueblo, pitando, un camión de fruta, otro con pescado y otro con congelados.

Lo de pitando no tiene nada que ver con la velocidad. Es que como no sabes cuando van a llegar, al entrar al pueblo lo hacen presionando el claxon. Así, cual flautista de Hamelín, los vecinos seguimos el rastro del sonoro reclamo.... Venga va!, ha quedado un poco cursi!: cual toxicómano tras su dosis de metadona... (metáfora interactiva: elige la que más te guste). Si te pilla haciendo algo que no puedas dejar (piensa mal si quieres) te quedas sin compra.

Cuando llegamos al pueblo comprábamos el pan a un hombre que pasaba por la puerta, a toque de claxon. Llevaba huevos, bollería... Cuando acabó el verano decidió que no éramos suficientemente importantes como clientes para volver a pasar.

Ha regresado en puentes y vacaciones.

He aprendido a hacer pan. ¡Mejor que el suyo!.

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